Ron 1ª Parte
- Melo Pérez Herrera
- 28 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 29 abr 2020
Hablemos del ron. Esto va pa' largo señores, porque podemos decir con certeza que ninguna bebida alcohólica ha sido tan importante en el mundo como lo ha sido este brebaje. Importante porque ha sido la responsable de moldear la historia y la cultura.
Culpable de la esclavitud de una raza entera, causante de revoluciones y en general, de un pasado, que aunque no se quiera decir a veces, es demasiado cruel.
Perdón por el dramatismo, pero ya me ha costado alguna competición de coctelería el ponerme a hablar de esclavitud y de sangre derramada… creo que esa frase fue la que me descalificó.
Pero no todo son "crudeces", ya podemos dar las gracias a que, tras tanta revolución y tanto conflicto, el ron y los derivados de la caña de azúcar están libre de culpa y de responsabilidad. En cierto modo…
Para hablar de tan revolucionario alcohol, debemos buscar su procedencia y composición.
El ron proviene de la destilación del jugo de la caña de azúcar.
¡¡¡Y la caña de azúcar es la culpable de todo!!!
Prehistórica planta, data del 6000 antes de Cristo en tan remoto lugar como Nueva Guinea.
Una caña con tan delicioso jugo y con una capacidad de propagación tan rápida y de fácil plantación como el bambú, fue acogida rápidamente por el continente asiático, especialmente China e India.
Tan fácil es que, si se cumplen los requisitos de clima y humedad, con el hecho de cortar un tallo (nunca en los nudos) y plantarlo en otro lugar, este echa raíces.
Se ha de aclarar que su territorio de cultivo es el subtropical y tropical, fuera de los territorios bañados por los vientos fríos… dentro de este margen es donde me refiero.

Se cree o hay teorías que explican que hasta pudo haber ido flotando en el mar por si sola desde Nueva Guinea hasta Indonesia, haciendo camino hasta China y la India.
Así de fácil.
En China y Japón hay manuscritos en los que se ven su manipulación para la extracción del jugo.
Aún faltaba muchísimo para que llegase al lado occidental del mundo.
Su camino hacia Europa fue lento.
Lo nombran generales de Alejandro Magno alrededor del 326 a. C. tras su “paseo” por la India.
Más que nada porque el “dulce” que conocían provenía de la miel. Se acabó, no había otro.
Aun así, los árabes la introdujeron en España, concretamente la
Avancemos rápido hasta la expansión mundial y la carrera por la conquista del mundo y del nuevo mundo, para ver la repercusión ya que antes de esto pasaba un poco desapercibida, por Occidente, he de aclarar.
Pues corría el siglo XV y los portugueses se la llevan a las Islas Canarias tras la conquista española en el siglo anterior. Aquí se crea una de las industrias más prolíferas en el archipiélago. Tanto que la pesca en el banco canario-sahariana, que era el principal atractivo para el inversor foráneo, pasó a un segundo plano.
Considerémosla como la primera industria, estable, que se afincó en el archipiélago. Esta nueva industria fue la causante de la ocupación agrícola de más allá del litoral isleño.
La gran demanda de terreno de la caña de azúcar, hizo que el inversor llegara a zonas interiores, lo que a su vez y como con efecto dominó abrió nuevas zonas y rutas, creando nuevas poblaciones más allá de las zonas costeras.
Pero se llevó consigo la gran deforestación de las islas, los ingenios azucareros demandaban muchísima leña.
También debemos agradecer a la caña de azúcar la conexión con los mercados internacionales de la época. Añadamos la gran inversión monetaria que hubo por estos extranjeros, más allá de los del reino de España y culpemos por la esclavitud del pueblo guanche que restaba tras la conquista.
La caña de azúcar, como vemos, es un claro ejemplo de cambio social, cultural y mundial. Siendo una nueva industria y una nueva revolución económica, pero a la vez muy culpable de crueldad humana y de un periodo que, aunque comercialmente sea muy exótico veremos que es de los capítulos más monstruosos de la historia de la humanidad… Acabamos de empezar.
Llegó Cristóbal Colón a nuestras islas, se asentó y repostaron, y se armaron para zarpar en el último puerto de Europa, antes de la larga y desconocida travesía.
Photo byThomas KintoonUnsplash
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